A propósito daquele  'artista' em série russo que foi condenado ontem . Chamam-no "chessboard killer". Que se sentia deus ao assassinar aquela gente toda.

Lembrei Pulp Fiction. E aquelas cenas de verdadeira genialidade em que dois assasinos a contrato irrompem pelo covil dos bandidos, armados de espingardas e um deles, Samuel L. Jackson, armado com uma bíblia.

Este, logo que fazia a sua entrada triunfal, começava de imediato descarregando os epifânicos versículos pré-seleccionados sobre aqueles infiéis, antes de descarregar todo o seu chumbo naquele lixo humano.

E ao lembrar o filme, ri-me entre-dentes. Quis achar piada no real, atabalhoado e brutal, porque é o real. Não há ensaios!

A arte tem uma maneira bem mais interessante de retratar desanuviadamente estes actos. O problema é quando somos confrontados com os artistas da realidade. Essa, bem mais áspera.

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A propósito do balanço dos mortos na estrada este fim de semana, a minha mãe comentou:

- Foi um banho de sangue na estrada este fim de semana...

- Onde? No continente?

- Sim, fora os mortos, crianças com traumatismos cranianos, etc... uma tristeza..

- Mas este fim de semana teve alguma coisa de especial?

- Não não é isso  as pessoas é que , enfim fazem as coisas...

- Pois , as pessoas é que tornam os fins de semana especiais!

- Pois é isso!

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European skills snatch plan alarms US tech firms

It's no secret that American tech firms prize vast quantities of H-1B temporary visas and permanent residency permits, otherwise known as green cards. The companies argue that these tools are necessary to bring in foreigners for positions they claim suffer from shortages of qualified Americans, particularly the foreign nationals who represent the majority of masters and Ph.D. graduates from U.S. universities in relevant technical fields.

The EU's proposal would provide a "fast-track" immigration program known as the "blue card"--a sort of green card competitor, offering card holders all EU social benefits--which will bring 20 million additional workers from Asia, Africa and Latin America over the next 20 years, according to various news reports. The plan's drafters hope to award workers the cards within one month to three months--a far cry from U.S. green cards, whose processing time averages 5 to 10 years.

The European Union's new proposal aimed at fast-tracking the immigration process for workers in "highly skilled" is making some U.S. technology heavyweights nervous.

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Uns ilustres cá do burgo decidiram fazer um fórum. Coisa rara numa terra de fascistas empedernidos.

O tema foi a Europa, essa abstração que parece ser uma coisa distante, que nós portugueses nunca vamos conhecer o que é, graças á incompetência genética de todas as classes desta sociedade.

Então convidaram dois supostos representantes destas paragens esquecidas no Parlamento Europeu. É preciso lembrar que os dois deputados eram de quadrantes políticos opostos, se é que isso existe hoje em dia.

Se o tema foi a Europa, como disse, o inevitável tema seria a questão do referendo ao novo Tratado Europeu, assinado recentemente em Lisboa, que teve tanto de circo mediático como de farsa.

Os ditos deputados sairam-se com frases lapidares. Como estas:

..se Portugal avança para um referendo, está a estimular os outros (países) a ir para o referendo.

No Reino Unido estou convencido que se calhar (o Tratado) não passa e se não passa fica a Europa se mcondições de operacionalidade.

Ora que maçada! E como é que os senhores deputados suínamente alimentados pelo dinheiro de todos nós, (europeus de primeira e de segunda) pensam resolver esse 'obstáculo'?

Porque é que não ratificamos este Tratado por via parlamentar e depois , em 2009, então fazemos um referendo e perguntamos ás pessoas 'então querem a Europa ou não querem a Europa?'

A lata!

O outro deputado, revelando-se-lhe ainda mais o carácter invertebrado diz que os referendos em Portugal são subvertidos e há o sério risco de servir para censurar  o Governo central pelas políticas recentes [...]  então é contra a realização do referendo nas actuais condições.

Referendos subvertidos? Bem-vindos á Quinta Dimensão... Apertem os cintos!

A classe política europeia (sem falar dos invertebrados portugueses) encontra-se num estertor uníssono contra uma das mais puras e legítimas expressões da vontade dos cidadãos.

Porque será?

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Como diria Neo, na MAtrix: "Mas por que raio não tomei o comprimido azul?"

A indústria cria perversidades a belo prazer. Porque não haveria de ser o sexo e a vida íntima das pessoas mais um filão de ouro?
Como tantas vezes repetem aquelas mensagens palermas (do email, da publicidade) para os incautos que se sintam 'diminuídos': "Aumente o seu pénis!"
Eu NÃO quero aumentar o meu pénis! Nem tão pouco quero que ele me obedeça. Este aliás, sempre tem feito de sua justiça e vontade.

Enfim... adelante!

Enviagrados - El País.com

"Mi generación, que no conocía este remedio a la flojera del asta viril, apreciaba ese miembro juguetón y travieso que, si bien algunas veces no era tan triunfante, no por esto se rendía. Por el contrario, nos permitía hablar de sexo, reírnos de estos pequeños avatares humanos, pues los hombres no tenían que ser distribuidores automáticos de orgasmos", apunta la psicóloga y feminista francesa Florence Thomas, en una de sus reflexiones como coordinadora del grupo Mujer y Sociedad de la Universidad de Colombia.


"Los hombres confunden la sexualidad con lo que se ve en las pelis porno"

"Las presiones que el hombre se autoadministra a sí mismo son tremendas. Al acto va como a un examen de selectividad sexual. A veces llegan a la clínica y dicen: '¡Como no vaya bien este sábado, lo pierdo todo!"

Y cita como efectos sociales perversos la adicción, la enfermedad y el divorcio de parejas en las que a los problemas ya existentes se sumaría el que el hombre mute en ser insaciable y siempre dispuesto. "Tienes una erección y estás desesperado por hacer algo cuanto antes con ella", les dice uno de sus entrevistados. Una lectora desde Londres, Zennia Esterson, les escribió luego relatando su experiencia: "Algunos médicos recetan Viagra como si fueran dulces. La que le prescribieron a mi esposo contra la impotencia acabó con 41 años de matrimonio. Mi médico no se interesó por mí, nunca fui consultada. Mi ex marido no me dio la opción de discutirlo, tuve que aceptar una situación que se convirtió en acoso y abuso".

Una situación que ya apuntaba el diario argentino Clarín en 2006 en su artículo "La píldora de la idea fija". Allí plantea el boom del consumo irresponsable con preocupación y añade: "Para cerrar el círculo, muchas mujeres sienten que el tiempo de las caricias pierde espacio frente a un producto químico". El uso de la pastilla, dicen los especialistas, al convertir el acto en algo más mecánico, deja, sin querer, a la vista el esqueleto de las relaciones y todas sus lagunas: puesto que sólo ayuda en el acoplamiento, no convierte a los amantes malos en buenos; todo lo contrario. Y evidencia el desconocimiento de ellos sobre la sexualidad de sus parejas (que la penetración no lo es todo y no representa para las mujeres el mejor orgasmo) y podría agotar a éstas y someterlas a un ritmo indeseado.

"La Viagra puede significar acercamiento para algunos, pero también ser el fin del matrimonio. Un hombre de 50 años se puede convertir en uno de 25. Pero ¿y si la esposa quiere seguir siendo mujer de 50??", afirmó el psicoterapeuta británico Phillip Hodson, quien junto a su esposa y colega Anne Hooper escribió Cómo hacer bien el amor a una mujer

"Mi marido lo compra a escondidas? ¿es que tiene otra mujer?", se pregunta Irmgard en el consultorio de Beatrice de Lycos.

Ellas lo cuentan luego en las consultas sexológicas. "No quiero que mi marido tome pastillas". Es la frase más repetida por las mujeres más jóvenes que acuden a consulta, sigue Frago. "Así como las de edad más avanzada no ponen ningún reparo al uso de medicación, quizá porque son conscientes del delicado estado de salud de sus maridos, las más jóvenes lo llevan bastante mal. Piensan que no son ellas el estímulo, que sólo les pone la medicina, y pasa especialmente con la Viagra porque está asociada a una imagen muy particular. Una mujer joven duda, y eso es un problema añadido".

Consejos. Todos vienen bien. Los sexólogos andan locos por conseguir mejorar las relaciones, por neutralizar modas tan poderosas con terapias adecuadas que inciden una y otra vez en el mismo punto: que la sexualidad es distinta para unos y otras; que el pene erecto no ha de convertirse en la varita mágica; que hay vida mas allá del coito; que hay que enterrar ciertos mitos como el relativo a la vejez?

Para José Luis Sánchez de Cueto, del Centro Andaluz de Sexología, no se puede echar la culpa de la mecanización de los encuentros sexuales a la Viagra, "sino a la forma de relacionarse de las personas. Nosotros aconsejamos usarla con prolegómenos, con esa media hora de juegos, que si muchas parejas ya practicaran habitualmente, seguro no haría falta medicación".

"Yo recomiendo a mis parejas el pene sabático durante una época: eso mejora enormemente la vida sexual; dispersar hace el juego erótico más divertido", dice Frago, para quien las expectativas excesivamente exigentes del encuentro íntimo son muy altas hoy. "Convivir con esas dificultades es más difícil hoy que nunca". Los mensajes del cine, la publicidad y los medios sobre la excelencia son constantes: "La obligatoriedad de que todo vaya bien siempre genera muchos costes, y la capacidad de la gente de administrar dificultades en ese terreno es muy escasa".

Y cita como ejemplo que es natural que en los muy jóvenes existan ciertas dificultades de erección, y en ellas, cierto vaginismo y dolor. "Y son dificultades, problemas, no enfermedades. Como tampoco lo es no tener deseo. Y no se permite, no se acepta no tenerlo, y en ese terreno, las mujeres hacen lecturas equivocadas: 'No le pongo, no me quiere, no le gusto?'. Hay que luchar contra esto".

Pues sí. Y mucho cuidado en confundir molestias con enfermedades. Sobre todo porque la industria, globalmente, "genera patologías y da rasgos de enfermedad a aquello que no lo es", opina Angulo. Un libro entero sobre este tema escribió el alemán Jörg Blech. Lo tituló Los inventores de enfermedades. Cómo nos convierten en pacientes (Destino). En él dedica un capítulo a la Viagra y relata las primeras incidencias históricas de su consumo: "Desde su introducción en 1998 en Alemania, a por lo menos 30 consumidores se les quedó 'tiesa para siempre'. Por ahora se han lamentado más de 600 defunciones en todo el mundo. La de Sani Abacha, antiguo dictador militar de Nigeria, fue especialmente terrible. Totalmente colocado de Viagra, el general de 54 años expiró el 8 de junio de 1998 a las cuatro de la mañana, en el clímax de una orgía con tres prostitutas indias".

En sus páginas se ocupa de cómo las farmacéuticas no se cansan de presentar la impotencia como "una dolencia muy extendida y a la vez amenazadora", al igual que se empeñan en crear una nueva dolencia negocio: "la disfunción sexual femenina".

Este intento por convertir en en- fermedad la sexualidad femenina es el caballo de batalla de la sexóloga neoyorquina Leonore Tiefer. Ya lo escribió en 1999 en Disfunción sexual femenina en alerta: un nuevo desorden inventado para las mujeres. "El propósito es establecer normas universales y declarar todas las variantes como trastornos y con necesidad de tratamiento".

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Miguel Sousa Tavares no Expresso

Há pessoas que, vivendo exclusivamente do seu trabalho, pagam ao Estado em IRS 42% do que ganham: o escalão mais alto. A isto somam Segurança Social, imposto municipal sobre a casa, IA sobre o carro, imposto sobre a gasolina e 21% de IVA sobre tudo e mais alguma coisa. Contas feitas, entregam ao Estado metade do que ganham. Repito: metade do que ganham. Por incrível que vos pareça, existem pessoas que pagam isto tudo e que, ainda por cima, não subtraem ao Fisco um cêntimo dos seus rendimentos: declaram tudo e pagam tudo. Não têm fundações ou empresas para fazer escoar as despesas domésticas, familiares, as do carro ou outras, e não pedem nem têm isenções fiscais de qualquer ordem. Pode-vos parecer inverosímil, mas eu juro que estas pessoas existem entre nós: eu conheço algumas.

É certo que estamos a falar de uma minoria, embora não tão pequena como isso, visto que não é preciso ganhar nenhuma fortuna para ir parar ao escalão mais alto do IRS: basta ganhar bem e não fazer batota. O que esta gente tem de notável não é o facto de não fazerem batota com o Fisco ou de aguentarem sem um queixume a voracidade fiscal sem que ninguém lhes preste atenção. (Por exemplo, fala-se constantemente em descer o IRC para as empresas, mas nunca se fala em descer o IRS para os que vivem só do trabalho e que pagam quase o dobro das empresas.) A única coisa de notável em pagar tudo o que se deve ao Estado é que, entre nós, só uma minoria o faz. Mas isso não torna heróis os membros dessa minoria. Não, o que eles têm de notável é que o contrato social que mantêm com o Estado e a filosofia que lhe está subjacente é o oposto do que vigora em relação a quase todos os outros. Em Portugal, dos empresários aos sindicalistas, dos trabalhadores no activo aos reformados, dos jovens aos velhos, dos funcionários públicos aos artistas, todos vivem a reclamar, a pedir e a exigir do Estado. Estes não: estes apenas pagam e nada exigem em troca. Em muitos casos, aliás - porque podem e porque nada esperam -, com o dinheiro que o Estado lhes consente que guardem, tratam de pagar do seu bolso a saúde, a reforma, o ensino dos filhos.

Porque assim é, não admira que seja entre esta categoria de portugueses que vamos encontrar os que se revoltam com os casos dos gestores que saem de uma empresa pública com uma indemnização milionária para a seguir entrarem noutra. Ou com os autarcas que inventam empresas municipais para desempenharem as tarefas que cabem à Câmara e depois acumulam o ordenado de vereadores com o de gestores municipais. Ou com a arrogância e a falta de maneiras com que Alberto João Jardim acha que pode gastar livremente o dinheiro que lhe enviamos. Ou com os técnicos que, ao mudarem à bolina dos governos, ora nos propõem um TGV em L, em T deitado, em A sentado ou em B de cócoras, como se cada quilómetro de linha não nos viesse a custar milhões. Ou, enfim, com o ministro que, à míngua de argumentos que convençam, nos quer vender um aeroporto porque faz disso um capricho pessoal.

O povo da Madeira adora o dr. Jardim e com certeza que tem razão: tudo o que ele faz não lhes custa um tostão. Pela mesma razão, o povo daqui também se está nas tintas para a OTA, o TGV ou o destino do Alqueva. Todos os dias escuto reclamações de toda a gente: contra os salários na Função Pública, contra as pensões de reforma, contra o abono de família, contra a participação do Estado nos medicamentos, etc. Nunca nada é suficiente. Acredito que, em muitos casos, tenham razão, mas nunca os oiço pôr em dúvida a OTA ou reclamar contra os gastos públicos inúteis ou sumptuários. Porque, para quem não está habituado a pagar impostos a sério, uma coisa não tem que ver com a outra. Para quem está habituado a nada pagar ou a receber de volta mais do que paga, é-lhe indiferente se os outros vão pagar a OTA ou os aumentos das pensões de reforma. Aliás, às vezes tenho feito um exercício de curiosidade política para confirmar as minhas suspeitas na matéria. Consiste em perguntar a alguém que, por exemplo, se me queixa de que o aumento da reforma não lhe chega quanto é que acha que seria um aumento justo. Respondam-me 5 ou 10%, eu faço as contas de cabeça e digo: “Sabe quanto é que isso custaria a mais ao Estado? Xis. Sabe onde é que o Estado teria de ir buscar esse dinheiro? Ao bolso dos que pagam impostos, aumentando-lhes o imposto. Portanto, a senhora não deveria queixar-se do governo por não lhe aumentar a pensão. Deveria era dizer-me a mim que eu tenho de pagar mais para a sua pensão”. A resposta deixa invariavelmente os meus interlocutores espantados e a mim também. Eles, porque nunca tinham imaginado que o dinheiro do Estado pudesse vir todo do bolso dos que se cruzam com eles na rua. Eu, porque o espanto deles é, em parte, o retrato do país, e esse retrato mostra como temos pouco sentido de comunidade de direitos e deveres recíprocos.

Espero não cometer nenhuma indelicadeza nem injustiça comentando uma história que vi há dias na televisão. Uma senhora algarvia, ainda nova, beneficiária do Subsídio de Reintegração, queixava-se de que o dinheiro não lhe dava para nada. Entre o subsídio do Estado e mais outros rendimentos, cuja origem não consegui entender, recebia ela mil euros por mês, com dois filhos a cargo. De facto, mil euros por mês, com dois filhos, é menos que pouco. Mas conheço, todavia, quem ganhe o mesmo... trabalhando. O que me fez espécie é que a senhora em questão, além de ainda jovem e sem aparentes problemas de saúde, percebia-se que era inteligente e, pela forma como se expressava, não era propriamente alguém desqualificado. Ora, basta percorrer o Algarve para ver em todo o lado ofertas de trabalho, desde as mais visíveis e evidentes até outras que basta procurar. Porque é que ela não trabalha? Porque não aprende inglês ou informática ou hotelaria, aproveitando o subsídio e o tempo disponível para se requalificar? Porque prefere ficar em casa a queixar-se de que o subsídio é pouco?

O problema não está no Estado assistencial. Não está no Subsídio de Reintegração ou no Subsídio de Desemprego, que são mais do que justos. Também não está no que o Estado cobra de impostos para poder pagar isto, mais as pensões de reforma, a saúde, o ensino, os centros de dia e as creches públicas e tudo o resto. O problema está na falta de consciencialização de muitos de que o Estado só deve acorrer a quem precisa e enquanto precisa. E de que não é possível, nem seria justo, subir o IRS para 50 ou 60% para que a maioria dos portugueses vivesse bem à conta da assistência pública. O contrato social obriga a todos: obriga a que quem pode e ganha bem pague os impostos mais altos. Mas também obriga a quem não pode e recebe tudo fazer para deixar de precisar de ajuda. Se eu fugir ao Fisco, estarei a roubar um trabalhador que teve a infelicidade de ir para o desemprego e que precisa de ser ajudado. Mas se alguém recebe o Subsídio de Desemprego e por fora trabalha sem passar recibo para não perder o subsídio (e há tantos assim!), é ele que me está a roubar a mim. Talvez fosse útil explicar isto de vez em quando.

Portugal tem um Presidente da República, muito pró-activo. Demasiado para o meu gosto e, tenho a certeza, para mais alguns. Mas ninguém fala disto?

Temos um Presidente que ainda pensa que é o ex-ministro das Finanças, ou ex-primeiro ministro, e então vêmo-lo sempre empoleirado e afinando a voz pronto a dizer de sua justiça no que concerne á situação económica do país e as opções estratégicas do seu actual Governo. Tudo isto, incrivelmente sem 'eriçar o pêlo' ao dito Governo. O homem tem artes...

Os anteriores Presidentes, pautaram-se pelo ênfase sobre as questões sociais e outras estruturantes do regime democrático em Portugal, á altura na sua puberdade. Esses antecedentes foram passivos e assumiram o papel quase simbólico que a Presidência da República tem na organização política do país (infelizmente), e assumiram-se como elementos aglutinadores das correntes da sociedade portuguesa, e como reguladores das instituições.

O que me chateia é que o actual ocupante do Palácio de Belém, acha-se mais um ministro acabado de chegar ao Governo. E vai daí toca a cantarolar a cartilha económica toda.

O Governo esse lá vai aceitando as palmadinhas nas costas, e até agradece o serviço de consultoria prestado por Sua Excelência.

E eu juro que nunca vi nada assim.

Também, sou um rapaz novo...

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Já tenho um programa para o serão de fim de semana. A solo, infelizmente.  

Ficaria a vê-lo dezenas de vezes, e cada vez seria sempre diferente.

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Bush warns against Armenia bill

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